viernes, 16 de noviembre de 2007

El derecho al delirio

Mi primer blogsteo (?) esta sacado del libro Patas Arriba de Eduardo Galeano. En este caso el autor se permite imaginar un mundo ideal, lleno de utopías, un mundo justo.
Ojalá todos podamos delirar e imaginar cosas "imposibles".



Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuando nació.
El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera.


Una invitación al vuelo

Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.
La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:


el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;

en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;

la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;

el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;

la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;

se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;

en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;

los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;

los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;

los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;

los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;

la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;

la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;

nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;

el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;

la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;

nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;

los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;

los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;

la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;

la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;

la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;

una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;

en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;

la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;

la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;

serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;

los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;

seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;

la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

12 comentarios:

Agustín Acedo dijo...

Nano querido!

Je!

Me encantó esto eh... Voy a ver si consigo ese libro.

Hey también me gusto el nombre del blog... Por la canción obvio.

Y si lo imposible solo tarda un poco más, sentémonos a esperar la utopia. Mientras tomamos mate y jugamos al ludo-matic. Bueh ya perdí la seriedad jaja...

Un abrazo Nano!

Wally

ALOCADAS dijo...

Nano!! te acompaño en esta propuesta, me gustó mucho el enfoque del blog, y por lo que veo promete.
Me sumo también a Wally y me siento a esperar la utopía.
Un abrazo grande.
el tano.

Anónimo dijo...

Nano, genial texto de Galeano.
La parte que más me llamo la atención es: "El tiempo se burla de los límites que le inventamos"
Creo que es exactamente así el tiempo es una estúpida invención del hombre para vivir atolondrado.

Felicitaciones y ojala crezca el proyecto.
¡Por una utopía colectiva!

Anónimo dijo...

Nano alto libro el que elegiste! pero a recordar... que la utopia no hay que esperarla porque a veces se pierde y hay que salir a buscarla.
Y que la unica lucha que se pierde es la que se abandona...
muy bueno tu blog nano! nos vemos en la cancha!
Besos.
Bel

Matías dijo...

embarquemos las utopías en el barco de la realidad...

muy bueno el blog...

un abrazo

matías

paz!

Anónimo dijo...

nano!!

me encanto el texto..

Ojala esta utopia llegue algun dia..

y que mientras no nos tilden de locos..


un abrazo..


jerito..

Anónimo dijo...

Nanitoo vi esto en tu nick y entre
Q lindo lo q elegiste como primer posteo...como me gusta ese libro, siempre es buena ocasion leerlo y releerlo.

Te dejo una frase q a mi me gusta mucho de Victor Hugo: "No existe nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo"

Creo que a la idea que escirbe galeano le ha llegado su tiempo =)

Besote nene!

Young Padawan dijo...

"vos sos parte de la revolución, no esperes algo espectacular, estará hecha de un montón de pequeños gestos y mucha ternura"

¿derecho al delirio, o saber que las cosas pueden estar mejor?

Anónimo dijo...

Nano, me gusto tu blog, me gusto tu posteo, pero llegas a poner fotos de mi hna y te voy a matar jajajaja

segui asi, ke te voto como ministro de educacion

te kiere, nikito

Anónimo dijo...

es muy diferencial jarry

Anónimo dijo...

la burrada mas grande que lei en mi vida!

Anónimo dijo...

zurdito , volve a la prehistoria . este viejo no tiene ni idea que las cosas avanzan .